poludio

poludio

29.9.12

Un búho en una película de David Lynch

Un búho o lechuza, no tiene que escribir poemas ni deshacerse en elogios almibarados cada vez que le recomiendan una película iraní, no sufre las reacciones estereotipadas inducidas por esas imágenes. Tampoco tiene que lavarse los dientes, ni luchar contra los mosquitos. Digamos, pues, en resumen: un búho o lechuza, no habla de amor, de política, ni recomienda libros a otros integrantes de su especie plumífera, y supongo, para un búho o lechuza, cada cosa no significa lo contrario

20.9.12

Williams Burro siente un malestar. Al principio un malestar sin título. Al rato ese malestar podría traducirse como una obstrucción mental de jeroglíficos. Después ruido, ruido; ese lazo siempre deplorable entre su malestar y la primera imagen visible. 
Ve el ruido de cajones de botellas vacías estibadas a las apuradas en las habitaciones de su cabeza. Ahora Williams Burro camina acarreando un camión con acoplado repleto de botellas vacías estibadas a las apuradas en su cabeza. Camina como un pato con ojos de alienado. Habla con un tintineo. Y de repente, otra vez la nada, ese malestar de nuevo.

16.9.12

Williams Burro mata una moneda con el pie y se agacha a juntarla del suelo. Siente un pinchazo en el cuádriceps. Agarra la agenda y busca el teléfono.
---¡Tatengueee!
---¡Qué hacés papá!
---Me está matando la gamba..
---¿Qué te pasó?
---Bajé a tres pungas de dos patadas del subte. Me duele desde la ingle hasta la rodilla. Dame un diagnóstico.
---¿Por qué no le pegaste una trompada?
---Estaba agarrado del pasamanos.
---¿Cuando elongás te duele?
---A ver... No.
---Ahora arqueá la espalda hacia atrás.
---A ver... ¡Ay!
---Contractura postraumática, papi. Elongá que se te va a pasar.
---Gracias tatengueee.