poludio

poludio

30.11.12

prohibido para menores de tres años

Williams Burro, un hombre pío y afable en un banco de la Chacarita se aparta de dios y reniega. El silencio dura poco. Forrolfo se sienta al lado y ambos alzan la cabeza para observar la última forma que adopta el dibujo táctico de un amigo al despedirse a través de la chimenea del crematorio. Con la chimenea a todo trapo, las nubecitas blancas se multiplican y disuelven rápidamente contra el cielo azul. Williams Burro intenta hacer una lectura meteorológica de las nubes. Tomar plena conciencia de su condición mortal. Pero en otro nivel de conciencia Forrolfo lo interrumpe. "Acá se entra por la puerta y se sale por la chimenea". "¿Goebbels?" "Himmler". Williams Burro le dirige una mirada rebuscadamente sencilla. Sonríe y con alegre pesimismo decide arrancarle las orejas por el agujero del culo. En cambio se levanta y aleja con pasos seguros.

24.11.12

Ofertas

La primavera pierde la cadena de frío.
Ofertas en sidras, espumantes y pan dulces
van ganando espacio en las góndolas.
Se acerca la Navidad...
para
extrañar desconsoladamente a los que ya no están,
renegar de los que todavía quedan.

20.11.12

problemas con el camello

Williams Burro se pone a domesticar un camello. El camello quiere un árbol de papas. Williams Burro baja al chino a comprar papa de árbol. No tienen y le ofrecen un roble a pedal. W.B. vuelve pedaleando. Se cruza con un veterinario que le dice: "la cadera de camello sufre un deterioro irreversible si se lo somete todos los días a un constante subir y bajar por la escalera". Ahora está todo el día con el camello adentro del departamento. "¡Sentate!" Y el camello se pone a bailar malambo. "¡Bailá!" Y el camello quiere mudarse a la villa 31, buscar el apoyo de la gente, dedicarse a la literatura. El camello se empaca como un burro y Williams Burro resuelve deshacerse del camello. Llama a Sergio Morelli que se especializa en poner cosas en Mercadolibre. "Yo te cobro 3000 pesos, están cobrando 6000". Williams Burro le dice que sí, aunque 3000 pesos le parece una suma exagerada teniendo en cuenta la amistad que los une desde la secundaria. El camello se pone a tomar y le pide un Alplax. W.B. tiene los huevos lacios. "¿Quién me mandó a mí a comprar este bicho de mierda?". "¿Hace cuanto que estás con el camello?" le pregunta otro vecino. "Siete años". "Yo agarré bicicleta nueva", se vanagloria su vecino. Williams Burro vuelve pensando en ejecuciones sumarias, en un tapado de piel, una rosquilla peluda, un felpudo con giba de forma oblonga. "Tenemos que hablar. Me quiero separar", le dice W.B.. "Ya no es como antes, no es que no te quiera, pero me cansé... no te amo como al principio... además, los humanos estamos biológicamente preparados para relaciones de 3 meses, a partir de los tres meses el hastío nos toma por asalto. Un hastío que se desdobla peligrosamente en cariño y odio. Con cariño podríamos ser amigos toda la vida, pero con odio llegar a la violencia e incluso al crimen." El camello lo mira con los ojos rojos.

17.11.12

y listo

Apenas un comentario en la oficina o en el supermercado: "viste, se murió tal"...
Y frente al exhibidor de gaseosas alguien se morderá el labio inferior, apretará los ojos, cruzará los antebrazos haciendo como si tocara la batería.

15.11.12

el prólogo del poema

Cada media Hora Williams Burro se somete a una inspección ocular. Se hace preguntas. Se combate a sí mismo. Sabotea respuestas rubricadas desde su organismo. ¿Por qué mi mayor ambición está en ser odiado.? ¿Por qué sólo busco la cercanía y aprobación de quienes me repelen? ¿Voy a enrarecer toda amistad y convertirme en lo que más desprecio porque nada me resulta más irrelevante que una aceptación benévola? ¿Pueden ser tan boludos como para querer a alguien como yo?


Después escribe.


al final un silencio bastante convincente muerde el ladrido de un perro cuando el camión gasolero remolca la pendiente de mi cuadra y toda la sinfonía canina de bolsas negras tres disparos refuerzan el silencio que interrumpió otro disparo lejos la ruta murmura sin sobresaltos los autos flotan sobre la avenida y más cerca el último colectivo frena en todas las esquinas esta noche ningún borracho gritará desde los calabozos de la comisaría que lo quieren quemar con agua caliente una motito de delivery el motor destartalado de un volkswagen 1500 un pendejo que hace saltar a patadas las alarmas de los autos y los tacos de mi vecina en el pasillo y los estertores de la heladera que se incorpora y los últimos ladridos lejanos se van apagando con un bocinazo aún más lejano la tenue luz en silencio el crujir de los árboles con el viento y el último silencio interrumpido por un pájaro de la arboleda que canta a deshora cuando por entre las vértebras de las ventanas comienzan a desnudarse humanas musiquitas y un hábito inédito me adormece mientras suben las guillotinas de las persianas que la noche decapita

9.11.12

el sismógrafo

Williams Burro pone uno y se caen dos. Pone los ojos en blanco. Desiste y se sienta a la mesa a descansar. Vive en un sauna de tres ambientes y el día promete un emplaste de aceite tibio en las rodillas. Mira la llama que tiembla en el calefón. La llama azotada por el chiflete que se cuela a través de la ventana. El olor a comida casera y el llanto de bebé que llegan por el pasillo del edificio le confieren al cuadro de su vida un aspecto trágico y a la de los demás el de una comedia desgraciada.

la linda vane saucedo

http://vanesaucedo.blogspot.com.ar/2012/07/san-telmo.html