poludio

poludio

27.10.12

la nonna

Traigan al perro, su reputación lo precede, en cuatro patas exhibiendo su grado de civilidad.
Williams Burro se inmoviliza, levanta la pata, se enjuaga la mandolina sin otras señas particulares que su instalación inmediata en marcos de las puertas, macetas, sillones y patas de las mujeres. Carraspea. Ahora quiere debutar en la memoria... tomar Coca Cola en inglés... coger en italiano... ¿irrelevante o pertinente? Dice finalmente: sos una hdp, pero tu madre no. La nonna es una santa.

22.10.12

un rancho en Rapid City

Williams Burro siente una perturbación a nivel cutáneo. Quiere decir, en la cáscara. La asocia apresuradamente a los síntomas emparentados con el aislamiento. Para calmarse baja al chino a comprar dos cervezas. Se cruza con la bizca y a la vuelta con el pelado. Acuesta una cerveza en el freezer y deja la otra sobre la mesada. La abre y se sirve una pinta. Con el primer fondo blanco araña algo parecido a un fondo psíquico. Se ve latiendo para nadie. El diagnóstico de la sobriedad coincide nítidamente con las dotes adivinatorias del alcohol. Pero hay una yapa. Entiende que el aislamiento como mecanismo de defensa contra el entorno está reaccionando contra ese mecanismo y no contra la agresividad que le genera el entorno. Ahora es la soledad la que se está volviendo agresiva o tiene fecha de caducidad. Quiere decir, lo que en un período de tiempo aparece como santo remedio en otro es veneno fulminante.

16.10.12

un rancho en Laredo

¿Cómo andás? le pregunta al borracho que vende diarios. Se me dio vuelta la uña del dedo gordo del pie. Williams Burro baja la vista parar mirar el cuello iridiscente de una paloma que hace equilibrio por el cordón de la vereda luciendo un collar de esmeraldas. Coco tiene olor a cerveza reseca en un vaso de ayer. W. B. Vuelve a su casa con el diario y una certeza abajo del brazo. El único trabajo decente es predicar la experiencia de la clase trabajadora en la conciencia de las demás clases sociales.

15.10.12

un rancho en Nevada

Un hachazo y Williams Burro se divide en dos. Por un lado está su angustia, por el otro, el medio. Sólo el trabajo pacifica la carne. El cansancio que acorta la distancia entre al ansiedad y su entorno. El sueño borronea el contorno rojo de las cosas que enumera maquinalmente antes de dormir. En el trabajo bien realizado está la paz de Williams Burro. La única al alcance de sus limitaciones. De su carne electrocutada.

13.10.12

punible no punible

de un aborto punible
nace una monja
que predica con el ejemplo
(de la palabra)
antiabortista.

de una monja
nace un aborto no punible.
el aborto
predica con el ejemplo
(de la palabra)
abortista.

de un aborto no punible
no nace la monja
que predica con el ejemplo
(de la palabra)
abortista.

de un aborto punible
nace un ejemplo
que predica con la palabra
de la monja
antiabortista.

punible es la monja.
de una experiencia abortista
nace la palabra
que predica con el ejemplo.




8.10.12

perros

Una jauría de perros en llamas cruzó la imaginación de Williams Burro. Aprovechó que era Sábado para ir a visitar a Alex. Alex nunca tuvo novia. Pero no es gay. Es solterón y vive en Escobar. A la tardecita salieron a caminar por el barrio. Coincidieron ampliamente en que la gente no los miraba con desconfianza, sino de manera amenazante; que más o menos viene a ser lo mismo: amenaza y desconfianza, dos palabras que por caminos distintos se encuentran a idéntica distancia del miedo. Después W. B. observó en algunas esquinas junto a montañas de basura, restos de autos, muebles rotos y perros quemados. Muchos perros quemados.  Williams Burro nunca había visto tantos perros quemados.

2.10.12

los padres

Williams Burro tuvo la fortuna de perder a sus padres cuando aún era joven. De chico deseaba que sus padres murieran. Lo deseaba ardientemente sin ningún tipo de simbolismo ambiguo u onírico que justificase, años después, todo el dinero que no dilapidó en sesiones de psicoanálisis. No. Él sólo quería a sus padres muertos y listo. Y lo más pronto posible. Ahora, si tuviera un hijo lo miraría crecer, pensando a partir de qué momento este hijo de puta empezará a desear que me muera, a fantasear con una relación incestuosa, a vaciarme la billetera y después sentirse culpable.

cacerolazo

Martes 12:10 AM. Williams Burro escribe su dirección de e-mail y abajo la clave.
Abre su cuenta en facebook. Bajan las actualizaciones de estado. Un estado general crispado. Muchos contactos adhieren a un conservadurismo neoliberal; o tienen reacciones estereotipadas inducidas por los medios que consumen. A grandes líneas, los avances en el campo de los derechos humanos y las libertades individuales les parecen una ofensa a su orgullo y su orgullo ofendido daña su razonamiento. W.B. asocia la inminente sanción de la Ley de Medios con el síndrome del Caceroludo. Su amigo Forrolfo tiene los síntomas del caceroludo. Williams Burro hace una captura visual de pantalla y a continuación mira el video que subió Forrolfo. El video es en blanco y negro. En un acto de campaña aparecen juntos el turco y Kirchner. A la izquierda Kirchner, a la derecha el cadáver insepulto del roedor de La Rioja. La fuente: Perfil. Sin ser un analista político, W. B. se da cuenta de que el video no resiste el menor análisis. Perfil trata de extrapolar la figura de Néstor Kirchner a la del turco. Dos políticos disociados por su obra, por su legado. Williams Burro tiene impulsos erráticos, pero se contiene, no comenta nada.