Salgo del confinamiento en el hueco.
El panorama emergente de mi facción
es incierto.
Allende y aquende mis fronteras geográficas
la masa ociosa
está desarmada y renuente a continuar.
La razón me asiste.
El enemigo no depone las armas
ni renuncia al propósito manifiesto
de burlarse en nuestras narices.
De cara al verano
-debido a las altas temperaturas-
los analistas y estrategas del proceso de paz
huyen al campo, mientras la comunidad internacional
se purga frente a los televisores
y los pocos hombres armados
disparan al aire queriendo subvertir el colapso
del nuevo gobierno nihilista que presido.