poludio

poludio

12.2.15

IV
La única colección que pude salvar
fue la de los gritos de mis amantes.
El país se convirtió en una gran depresión
que rellenaron con basura
con cadáveres....
Desde la clandestinidad realicé tareas de agitación y propaganda.
Al año
salí de mi escondite no por temeridad
soy más curioso que una vieja.
Pude prolongar un alto el fuego
y gracias al debate suscitado en los medios internacionales
convocar a elecciones anticipadas.
Pese a los sondeos de boca de urna
que me daban como holgado ganador
el fragmentado electorado
temeroso de que las turbulencias poselectorales tiñeran el triunfo
y a mi derrotado rival,
de sangre…
Quiero excluir del cómputo
la insignificancia de los resultados electorales
los 180 orificios de bala en el cuerpo de mis adversarios.
Con presión arterial y pulso normales
sin cocaína en las vías aéreas
intenté combatir las injusticias sociales
cuando vi gravemente amenazado el patrimonio de los ciudadanos.
Una causa importante del proceso de momificación del Estado
fueron las disparidades de ingresos
la desgravación de las ganancias.
Ante los millones de casos de demanda laboral insatisfecha
y la escasez de trabajadores calificados
para el desarrollo de tareas especializadas
creé un comité de crisis en cada pueblo o ciudad
para que dúos tríos y cuartetos de minusválidos
pudieran ingresar en el mercado de trabajo.
Craso error.
Los nuevos productos comenzaron a salir con deficiencias
Las empresas fueron a pique
miles de desempleados hicieron piquetes
que paralizaron el país.
Los desagradecidos empresarios contrataron sicarios para matarme
querían verme aprisionado y justiciado por zúrdico.
Después del trágico suceso
–ambas bandas fueron exterminadas con rifles sanitarios–
logré hacerme de un pequeño peculio
y por mediación de ese dinero
huir en otra dirección.