V
Por un breve espacio
no hice absolutamente nada.
Viví el ausente y tuve una rica vida exterior.
Montaba mi motocicleta
y bajaba a estirar las piernas...
a mear
escoltado por una hilera de dulces álamos.
Retomaba por un sendero empinado
o apagaba, por razones financieras, el motor en las bajadas.
Un camino consolidado que se pierde en la llanura pampeana.
Campos de soja que no afloja.
Sectores oligárquicos del poder político y económico provincial.
En pos de las reivindicaciones libertarias de ayer
vi engordar a los ganados, a las mieses
y adelgazar lo demás.
Cruzaba el territorio
cocinaba en una hoya glaciaria
las propiedades remanentes de las aguas que todavía traían algún pescado
muerto y
braceaba en sus aguas termales.
Decir que la población rural saliera a recibirme
no sería gran idea
sus habitantes lerdos de reflejos
respondían a valores distintos.
Además yo no traía ideas ni soluciones:
aún contaba con la anuencia de las autoridades.
No interesa divulgar la trama de mi periplo pero
si mi nueva posición era amenazada
invocaba al monstruo externo.
Los críticos de cine y los círculos mediáticos
me embalsamaron de distinciones.
Para neutralizar a los mosquitos dormía
ataviado con un velo islámico.
Se empinaba mi turbante pensando
en las modositas enamoradas
y sólo enfriaba el ardor a la madrugada.
no hice absolutamente nada.
Viví el ausente y tuve una rica vida exterior.
Montaba mi motocicleta
y bajaba a estirar las piernas...
a mear
escoltado por una hilera de dulces álamos.
Retomaba por un sendero empinado
o apagaba, por razones financieras, el motor en las bajadas.
Un camino consolidado que se pierde en la llanura pampeana.
Campos de soja que no afloja.
Sectores oligárquicos del poder político y económico provincial.
En pos de las reivindicaciones libertarias de ayer
vi engordar a los ganados, a las mieses
y adelgazar lo demás.
Cruzaba el territorio
cocinaba en una hoya glaciaria
las propiedades remanentes de las aguas que todavía traían algún pescado
muerto y
braceaba en sus aguas termales.
Decir que la población rural saliera a recibirme
no sería gran idea
sus habitantes lerdos de reflejos
respondían a valores distintos.
Además yo no traía ideas ni soluciones:
aún contaba con la anuencia de las autoridades.
No interesa divulgar la trama de mi periplo pero
si mi nueva posición era amenazada
invocaba al monstruo externo.
Los críticos de cine y los círculos mediáticos
me embalsamaron de distinciones.
Para neutralizar a los mosquitos dormía
ataviado con un velo islámico.
Se empinaba mi turbante pensando
en las modositas enamoradas
y sólo enfriaba el ardor a la madrugada.