poludio

poludio

20.12.08

taplán de marimbana

abrir el tupper y meter la cuchara












espolvorear
mezclar bien

Dirán, "yo conozco la harina de hueso y la ceniza de"... ¡No! ¡Éstas son cenizas de huesos!... Emulando el comportamiento de Shaman para con su desafortunado amigo Ivory, en la enternecedora How High, yo saqué a mi familia del aparador y espolvoreé el sustrato con sus cenizas. ¡Mis antepasados inmediatos! ¡su hijo dilecto! a ver qué pasa...
Siempre dije: los voy a llevar al sur que les gustaba tanto, y me contenía pensando: no voy a enchastrar un arroyo cristalino con eso, entonces me dije, los tiro al tacho y listo, pero tampoco me animaba a tanta crueldad... Por añadidura, cuando vienen las amigas de mi novia, señalando las urnas, la gastan con bromas de tipo: "vos sí que te llevás bien con tus suegros, eh". Cuando aparece la señora, vuelca la lata y junta las cenizas del piso con la palita. Las cosas no podían seguir así, entiendanmé...
Entonces, legalicé su uso en la psicoterapia; media taza de Oma para la paraguayita de la izquierda... otro poco del viejo vigor prusiano de mi padre para esas dos debiluchas de ahí.
Más allá del tono incongruente que anima este patético relato, obviamente cierto de por sí (ver relevamiento fotográfico y epígrafes a pie de electropágina), va a ser cosa rara contemplarlas crecer, tal vez florecer violentamente y finalmente, fumar... No digo que a través de esta ceremonia propiciatoria me vaya a comunicar con mis ancestros, no, pero, por lo menos, cargaré esas caladas de sentido y gratitud... (risas).
Del mismo orden es la creencia en las virtudes de la salmuera procedente de la salazón del cadáver de un santo Lama. Impregnarse en sangre, revolcándose desnudo en una superficie ensangrentada, por el descuartizamiento de un cadáver, asegura una larga vida... (son risas)

Avezados dirán que sube el ph, los más avispados que baja la electroconductividad, a ciencia cierta no lo sé, colegas, ¿y qué? hasta habrá algunos que se burlarán de mi impericia, y eso sí, los más de mi escritura. No, che, a estos últimos les diré que mi chiste trasciende el hecho artesanal y penetra a las metafísicas regiones de lo estético-plástico y lo poético-expresivo, anhelando respuesta para mi angustia existencial, de frente a un inconmesurable misterio que no logramos aprehender. (cálices de son risas).