poludio

poludio

13.12.12

Madonna

Me la encuentro a Madonna en el bar de la esquina
Está tomando una Quilmes y leyendo el Clarín
(la peor de las combinaciones imaginables...)
Me enojo mentalmente con ella 
y en vez de tirarle los perros
"¡qué hacés!" le digo, juntando los dedos de la mano derecha

6.12.12

chicas

chicas enérgicas, vivaces,
movedizas,
para que se queden quietas
que dan ganas de clavarlas

chicas que quieren ser libres
como el mercado
odian la pauta oficial

chicas que te aconsejan inocentemente:
"si la amas, dejala libre"

si no puede ser tuya, destrúyela,
piensa Williams Burro.
como el poeta taciturno,
busca indicios de vida en la muerte.

30.11.12

prohibido para menores de tres años

Williams Burro, un hombre pío y afable en un banco de la Chacarita se aparta de dios y reniega. El silencio dura poco. Forrolfo se sienta al lado y ambos alzan la cabeza para observar la última forma que adopta el dibujo táctico de un amigo al despedirse a través de la chimenea del crematorio. Con la chimenea a todo trapo, las nubecitas blancas se multiplican y disuelven rápidamente contra el cielo azul. Williams Burro intenta hacer una lectura meteorológica de las nubes. Tomar plena conciencia de su condición mortal. Pero en otro nivel de conciencia Forrolfo lo interrumpe. "Acá se entra por la puerta y se sale por la chimenea". "¿Goebbels?" "Himmler". Williams Burro le dirige una mirada rebuscadamente sencilla. Sonríe y con alegre pesimismo decide arrancarle las orejas por el agujero del culo. En cambio se levanta y aleja con pasos seguros.

24.11.12

Ofertas

La primavera pierde la cadena de frío.
Ofertas en sidras, espumantes y pan dulces
van ganando espacio en las góndolas.
Se acerca la Navidad...
para
extrañar desconsoladamente a los que ya no están,
renegar de los que todavía quedan.

20.11.12

problemas con el camello

Williams Burro se pone a domesticar un camello. El camello quiere un árbol de papas. Williams Burro baja al chino a comprar papa de árbol. No tienen y le ofrecen un roble a pedal. W.B. vuelve pedaleando. Se cruza con un veterinario que le dice: "la cadera de camello sufre un deterioro irreversible si se lo somete todos los días a un constante subir y bajar por la escalera". Ahora está todo el día con el camello adentro del departamento. "¡Sentate!" Y el camello se pone a bailar malambo. "¡Bailá!" Y el camello quiere mudarse a la villa 31, buscar el apoyo de la gente, dedicarse a la literatura. El camello se empaca como un burro y Williams Burro resuelve deshacerse del camello. Llama a Sergio Morelli que se especializa en poner cosas en Mercadolibre. "Yo te cobro 3000 pesos, están cobrando 6000". Williams Burro le dice que sí, aunque 3000 pesos le parece una suma exagerada teniendo en cuenta la amistad que los une desde la secundaria. El camello se pone a tomar y le pide un Alplax. W.B. tiene los huevos lacios. "¿Quién me mandó a mí a comprar este bicho de mierda?". "¿Hace cuanto que estás con el camello?" le pregunta otro vecino. "Siete años". "Yo agarré bicicleta nueva", se vanagloria su vecino. Williams Burro vuelve pensando en ejecuciones sumarias, en un tapado de piel, una rosquilla peluda, un felpudo con giba de forma oblonga. "Tenemos que hablar. Me quiero separar", le dice W.B.. "Ya no es como antes, no es que no te quiera, pero me cansé... no te amo como al principio... además, los humanos estamos biológicamente preparados para relaciones de 3 meses, a partir de los tres meses el hastío nos toma por asalto. Un hastío que se desdobla peligrosamente en cariño y odio. Con cariño podríamos ser amigos toda la vida, pero con odio llegar a la violencia e incluso al crimen." El camello lo mira con los ojos rojos.

17.11.12

y listo

Apenas un comentario en la oficina o en el supermercado: "viste, se murió tal"...
Y frente al exhibidor de gaseosas alguien se morderá el labio inferior, apretará los ojos, cruzará los antebrazos haciendo como si tocara la batería.

15.11.12

el prólogo del poema

Cada media Hora Williams Burro se somete a una inspección ocular. Se hace preguntas. Se combate a sí mismo. Sabotea respuestas rubricadas desde su organismo. ¿Por qué mi mayor ambición está en ser odiado.? ¿Por qué sólo busco la cercanía y aprobación de quienes me repelen? ¿Voy a enrarecer toda amistad y convertirme en lo que más desprecio porque nada me resulta más irrelevante que una aceptación benévola? ¿Pueden ser tan boludos como para querer a alguien como yo?


Después escribe.


al final un silencio bastante convincente muerde el ladrido de un perro cuando el camión gasolero remolca la pendiente de mi cuadra y toda la sinfonía canina de bolsas negras tres disparos refuerzan el silencio que interrumpió otro disparo lejos la ruta murmura sin sobresaltos los autos flotan sobre la avenida y más cerca el último colectivo frena en todas las esquinas esta noche ningún borracho gritará desde los calabozos de la comisaría que lo quieren quemar con agua caliente una motito de delivery el motor destartalado de un volkswagen 1500 un pendejo que hace saltar a patadas las alarmas de los autos y los tacos de mi vecina en el pasillo y los estertores de la heladera que se incorpora y los últimos ladridos lejanos se van apagando con un bocinazo aún más lejano la tenue luz en silencio el crujir de los árboles con el viento y el último silencio interrumpido por un pájaro de la arboleda que canta a deshora cuando por entre las vértebras de las ventanas comienzan a desnudarse humanas musiquitas y un hábito inédito me adormece mientras suben las guillotinas de las persianas que la noche decapita

9.11.12

el sismógrafo

Williams Burro pone uno y se caen dos. Pone los ojos en blanco. Desiste y se sienta a la mesa a descansar. Vive en un sauna de tres ambientes y el día promete un emplaste de aceite tibio en las rodillas. Mira la llama que tiembla en el calefón. La llama azotada por el chiflete que se cuela a través de la ventana. El olor a comida casera y el llanto de bebé que llegan por el pasillo del edificio le confieren al cuadro de su vida un aspecto trágico y a la de los demás el de una comedia desgraciada.

la linda vane saucedo

http://vanesaucedo.blogspot.com.ar/2012/07/san-telmo.html

27.10.12

la nonna

Traigan al perro, su reputación lo precede, en cuatro patas exhibiendo su grado de civilidad.
Williams Burro se inmoviliza, levanta la pata, se enjuaga la mandolina sin otras señas particulares que su instalación inmediata en marcos de las puertas, macetas, sillones y patas de las mujeres. Carraspea. Ahora quiere debutar en la memoria... tomar Coca Cola en inglés... coger en italiano... ¿irrelevante o pertinente? Dice finalmente: sos una hdp, pero tu madre no. La nonna es una santa.

22.10.12

un rancho en Rapid City

Williams Burro siente una perturbación a nivel cutáneo. Quiere decir, en la cáscara. La asocia apresuradamente a los síntomas emparentados con el aislamiento. Para calmarse baja al chino a comprar dos cervezas. Se cruza con la bizca y a la vuelta con el pelado. Acuesta una cerveza en el freezer y deja la otra sobre la mesada. La abre y se sirve una pinta. Con el primer fondo blanco araña algo parecido a un fondo psíquico. Se ve latiendo para nadie. El diagnóstico de la sobriedad coincide nítidamente con las dotes adivinatorias del alcohol. Pero hay una yapa. Entiende que el aislamiento como mecanismo de defensa contra el entorno está reaccionando contra ese mecanismo y no contra la agresividad que le genera el entorno. Ahora es la soledad la que se está volviendo agresiva o tiene fecha de caducidad. Quiere decir, lo que en un período de tiempo aparece como santo remedio en otro es veneno fulminante.

16.10.12

un rancho en Laredo

¿Cómo andás? le pregunta al borracho que vende diarios. Se me dio vuelta la uña del dedo gordo del pie. Williams Burro baja la vista parar mirar el cuello iridiscente de una paloma que hace equilibrio por el cordón de la vereda luciendo un collar de esmeraldas. Coco tiene olor a cerveza reseca en un vaso de ayer. W. B. Vuelve a su casa con el diario y una certeza abajo del brazo. El único trabajo decente es predicar la experiencia de la clase trabajadora en la conciencia de las demás clases sociales.

15.10.12

un rancho en Nevada

Un hachazo y Williams Burro se divide en dos. Por un lado está su angustia, por el otro, el medio. Sólo el trabajo pacifica la carne. El cansancio que acorta la distancia entre al ansiedad y su entorno. El sueño borronea el contorno rojo de las cosas que enumera maquinalmente antes de dormir. En el trabajo bien realizado está la paz de Williams Burro. La única al alcance de sus limitaciones. De su carne electrocutada.

13.10.12

punible no punible

de un aborto punible
nace una monja
que predica con el ejemplo
(de la palabra)
antiabortista.

de una monja
nace un aborto no punible.
el aborto
predica con el ejemplo
(de la palabra)
abortista.

de un aborto no punible
no nace la monja
que predica con el ejemplo
(de la palabra)
abortista.

de un aborto punible
nace un ejemplo
que predica con la palabra
de la monja
antiabortista.

punible es la monja.
de una experiencia abortista
nace la palabra
que predica con el ejemplo.




8.10.12

perros

Una jauría de perros en llamas cruzó la imaginación de Williams Burro. Aprovechó que era Sábado para ir a visitar a Alex. Alex nunca tuvo novia. Pero no es gay. Es solterón y vive en Escobar. A la tardecita salieron a caminar por el barrio. Coincidieron ampliamente en que la gente no los miraba con desconfianza, sino de manera amenazante; que más o menos viene a ser lo mismo: amenaza y desconfianza, dos palabras que por caminos distintos se encuentran a idéntica distancia del miedo. Después W. B. observó en algunas esquinas junto a montañas de basura, restos de autos, muebles rotos y perros quemados. Muchos perros quemados.  Williams Burro nunca había visto tantos perros quemados.

2.10.12

los padres

Williams Burro tuvo la fortuna de perder a sus padres cuando aún era joven. De chico deseaba que sus padres murieran. Lo deseaba ardientemente sin ningún tipo de simbolismo ambiguo u onírico que justificase, años después, todo el dinero que no dilapidó en sesiones de psicoanálisis. No. Él sólo quería a sus padres muertos y listo. Y lo más pronto posible. Ahora, si tuviera un hijo lo miraría crecer, pensando a partir de qué momento este hijo de puta empezará a desear que me muera, a fantasear con una relación incestuosa, a vaciarme la billetera y después sentirse culpable.

cacerolazo

Martes 12:10 AM. Williams Burro escribe su dirección de e-mail y abajo la clave.
Abre su cuenta en facebook. Bajan las actualizaciones de estado. Un estado general crispado. Muchos contactos adhieren a un conservadurismo neoliberal; o tienen reacciones estereotipadas inducidas por los medios que consumen. A grandes líneas, los avances en el campo de los derechos humanos y las libertades individuales les parecen una ofensa a su orgullo y su orgullo ofendido daña su razonamiento. W.B. asocia la inminente sanción de la Ley de Medios con el síndrome del Caceroludo. Su amigo Forrolfo tiene los síntomas del caceroludo. Williams Burro hace una captura visual de pantalla y a continuación mira el video que subió Forrolfo. El video es en blanco y negro. En un acto de campaña aparecen juntos el turco y Kirchner. A la izquierda Kirchner, a la derecha el cadáver insepulto del roedor de La Rioja. La fuente: Perfil. Sin ser un analista político, W. B. se da cuenta de que el video no resiste el menor análisis. Perfil trata de extrapolar la figura de Néstor Kirchner a la del turco. Dos políticos disociados por su obra, por su legado. Williams Burro tiene impulsos erráticos, pero se contiene, no comenta nada.

29.9.12

Un búho en una película de David Lynch

Un búho o lechuza, no tiene que escribir poemas ni deshacerse en elogios almibarados cada vez que le recomiendan una película iraní, no sufre las reacciones estereotipadas inducidas por esas imágenes. Tampoco tiene que lavarse los dientes, ni luchar contra los mosquitos. Digamos, pues, en resumen: un búho o lechuza, no habla de amor, de política, ni recomienda libros a otros integrantes de su especie plumífera, y supongo, para un búho o lechuza, cada cosa no significa lo contrario

20.9.12

Williams Burro siente un malestar. Al principio un malestar sin título. Al rato ese malestar podría traducirse como una obstrucción mental de jeroglíficos. Después ruido, ruido; ese lazo siempre deplorable entre su malestar y la primera imagen visible. 
Ve el ruido de cajones de botellas vacías estibadas a las apuradas en las habitaciones de su cabeza. Ahora Williams Burro camina acarreando un camión con acoplado repleto de botellas vacías estibadas a las apuradas en su cabeza. Camina como un pato con ojos de alienado. Habla con un tintineo. Y de repente, otra vez la nada, ese malestar de nuevo.

16.9.12

Williams Burro mata una moneda con el pie y se agacha a juntarla del suelo. Siente un pinchazo en el cuádriceps. Agarra la agenda y busca el teléfono.
---¡Tatengueee!
---¡Qué hacés papá!
---Me está matando la gamba..
---¿Qué te pasó?
---Bajé a tres pungas de dos patadas del subte. Me duele desde la ingle hasta la rodilla. Dame un diagnóstico.
---¿Por qué no le pegaste una trompada?
---Estaba agarrado del pasamanos.
---¿Cuando elongás te duele?
---A ver... No.
---Ahora arqueá la espalda hacia atrás.
---A ver... ¡Ay!
---Contractura postraumática, papi. Elongá que se te va a pasar.
---Gracias tatengueee.

9.1.12

Lo que sé
















Siempré habrá
alguien más fuerte,
más sabio, más rápido.
Y con 1.85 m. ni siquiera serás el último en la fila.
Estudiarás, te recibirás con honores,
abrirás tu consultorio,
ponele, de kinesiología,
y bajará un huesero de la etnia cherokee
a espantar a tus clientes.
Quedarás al borde de la ruina
y el intachable indio amasará una pequeña fortuna.
Probarás con el ateísmo,
con el alcoholismo,
intentarás abandonar el mundo con el alpinismo,
estar más cerca del sol
o de dios según tu credo,
y cuando hayas hecho cumbre en el Tronador,
encontrarás envases, restos, porquerías
de un holandés que llegó primero.
Te enamorarás perdidamente de la chica
más linda, le dirás que la amás,
tus sentimientos serán correspondidos
por un breve período de tiempo,  
al cabo del cual, otro te suplantará.
Te enfurecerás,
le propinarás a tu contrincante
una andanada de patadas,
como esa vez en la barrera de Vicente López
cuando estabas de traje y mocasines,
pero vendrá un loquito inestable y te pegará un tiro,
o te arrancará una oreja.
Y cuando te pongas a narrar tus proezas,
a fantasear con la sintaxis
en un lenguaje florido lleno de oropeles,
o frío y epigramático,
un viejo poetastro del tipo Hugo Mujica obtendrá todos los galardones.
No pierdas el tiempo volviéndote malo
o excesivamente bueno,
siempre habrá un extremista peor.
Hagas lo que hagas
nunca serás el primero,
ni siquiera en saber esto.

2.1.12

poem

Through the aquarium´s front window
the black and yellow fish
stares at taxis go by.
(Holderlina, 1999, Libros de Tierra Firme)