poludio

poludio

20.2.15

XII
De un tiempo a esta parte
el remanente de invierno enfermó de sífilis.
En primavera
un creciente número de milicianos
se dispersó con la punta mojada.
Los hijos de puta querían comer todos los días
y una vez que hubieron aprendido a vivir sin comer
se me murieron de hambre.
Entonces mandé traer mujeres de grandes remates de aduana.
Cada tanto había que alzarse la toga de púrpura
sacarse toda la ropa
hacer ejercicios rústicos arriba de alguna india.
Sí, que hubo una.
Pero andando el tiempo la olvidé.